(English)

The Sacrament of Holy Orders is the sacrament through which men are ordained as deacons, priests, or bishops to serve the Church and the faithful. Through this sacrament, God grants them the grace to serve with humility, compassion, and faithfulness, dedicating their lives to preaching the Gospel, administering the sacraments, and guiding the community. Holy Orders continues the mission of Christ through His apostles, empowering ordained ministers to act in His name and shepherd the people of God.

The roots of Holy Orders are found in Jesus' calling of the apostles to follow Him, where He commissioned them to "go and make disciples of all nations" (Matthew 28:19). In the Sacrament of Holy Orders, a bishop lays hands on the candidate, conferring the Holy Spirit and the authority to serve in Christ’s name. For priests and bishops, this also includes the sacred authority to consecrate the Eucharist and forgive sins in the name of the Church.

The sacrament is celebrated in three degrees: the diaconate (deacons), the priesthood (priests), and the episcopate (bishops). Each degree has unique responsibilities but shares a common purpose: to lead and serve God’s people with love. Deacons serve by assisting in liturgical roles, preaching, and performing works of charity. Priests are shepherds who celebrate the Eucharist, offer reconciliation, and guide their parishes. Bishops oversee the faithful and the priests in their dioceses, teaching and upholding the faith.

Holy Orders is a profound commitment and a lifelong vocation that requires dedication, sacrifice, and a heart open to God’s will.

(Spanish)

El Sacramento del Orden Sagrado es el sacramento mediante el cual los hombres son ordenados como diáconos, sacerdotes o obispos para servir a la Iglesia y a los fieles. A través de este sacramento, Dios les concede la gracia para servir con humildad, compasión y fidelidad, dedicando sus vidas a predicar el Evangelio, administrar los sacramentos y guiar a la comunidad. El Orden Sagrado continúa la misión de Cristo a través de Sus apóstoles, capacitando a los ministros ordenados para actuar en Su nombre y pastorear al pueblo de Dios.

Las raíces del Orden Sagrado se encuentran en el llamado de Jesús a los apóstoles para que lo sigan, donde los envió a "hacer discípulos de todas las naciones" (Mateo 28:19). En el Sacramento del Orden Sagrado, un obispo impone las manos sobre el candidato, confiriendo el Espíritu Santo y la autoridad para servir en nombre de Cristo. Para sacerdotes y obispos, esto incluye también la autoridad sagrada para consagrar la Eucaristía y perdonar los pecados en nombre de la Iglesia.

El sacramento se celebra en tres grados: el diaconado (diáconos), el presbiterado (sacerdotes) y el episcopado (obispos). Cada grado tiene responsabilidades únicas pero comparte un propósito común: liderar y servir al pueblo de Dios con amor. Los diáconos asisten en roles litúrgicos, predican y realizan obras de caridad. Los sacerdotes son pastores que celebran la Eucaristía, ofrecen la reconciliación y guían a sus parroquias. Los obispos supervisan a los fieles y a los sacerdotes en sus diócesis, enseñando y defendiendo la fe.

El Orden Sagrado es un compromiso profundo y una vocación de por vida que requiere dedicación, sacrificio y un corazón abierto a la voluntad de Dios.